Durante los últimos cinco años, el campus del Instituto de Educación Técnica Diversificada de Monterrey Casanare de Colombia ha sido el hogar de un dulce perro negro llamado Negro. Allí, sirve como una especie de guardián, vigilando las cosas mientras los estudiantes continúan con sus estudios.
A cambio, Negro es cuidado por los profesores de la escuela, quienes le brindan comida, agua, atención y un lugar seguro con ellos para pasar la noche.
Pero aparentemente el perro ha decidido que cualquier cosa más allá de eso depende de él.
Al principio de la permanencia de Negro en la escuela, se dio cuenta de la pequeña tienda en el campus donde los estudiantes se reúnen para comprar cosas en sus descansos; a veces le compraban galletas que vendían allí.
Evidentemente, aquí es donde el perro aprendió por primera vez sobre el comercio y decidió probarlo él mismo.
“Él iba a la tienda y miraba a los niños dar dinero y recibir algo a cambio”, dijo a The Dodo la maestra Ángela García Bernal. “Entonces un día, espontáneo, apareció con una hoja en la boca, moviendo la cola y haciendo saber que quería una galleta”.