Que levante la mano la Malamadre que nunca sintió miedo durante el embarazo… ¿Hay alguien? La verdad es que yo tampoco puedo levantarla, y estoy segura de que la mayoría de vosotras (y también muchos buenospadres) habéis sentido en algún momento ciertos temores durante la gestación que hasta ese momento ni se os habían pasado por la cabeza.
Hoy me gustaría hablaros de esos miedos que tenemos con respecto al parto, a que todo salga bien, al bebé, al postparto, a la crianza… El miedo muchas veces es un tema tabú del que no hablamos porque se supone que tenemos que estar muy felices e ilusionadas por la llegada de nuestro buenhijo, que tenemos que poder con todo. Y lo cierto es que no solemos “confesarle” a nadie esos temores tal y como son. A veces ni siquiera a nuestra pareja.
Sin embargo, probablemente la mayoría de esos miedos son compartidos por muchas Malasmadres y, aunque es normal tenerlos, hay ciertas cosas que podemos tener en cuenta para afrontarlos con mayor confianza e información.
1. Miedo al parto
Este es uno de los miedos más frecuentes y admite un montón de variantes. En especial, creo que los mayores miedos son a lo desconocido (si somos primerizas) y el miedo a posibles dificultades o problemas durante el trabajo de parto, tanto para la madre como para el bebé.
Como digo, es quizás el miedo más habitual, supongo que es algo innato. Además, el parto es el punto de inflexión con el que va a cambiar todo lo demás que ocurra de ahí en adelante, así que es un momento que se espera con ganas y temores a partes iguales. El mejor consejo que puedo darte es que confíes. Ten confianza en ti misma y en tu bebé. Sabrás lo que hacer y tu bebé también. Llevamos pariendo millones de años, todos los mamíferos lo hacen, forma parte de nuestra naturaleza, y nuestro cuerpo sabe hacerlo… Aunque nosotras aún no lo sepamos. La confianza en una misma es clave.
Y por otro lado, confía en tu matrona, en tu ginecóloga, o en la persona que te acompañe en ese momento. A no ser que no te dé tiempo a llegar a un hospital (o a que tu matrona llegue a tu casa si te decides por un parto allí), siempre estarás rodeada de personal que se ha formado específicamente para ayudarte y acompañarte en ese momento, y para garantizar tu bienestar y el de tu bebé, además de detectar lo antes posible si surge cualquier tipo de complicación para poder ponerle solución.
2. Miedo al dolor
Si nunca hemos pasado por el dolor de las contracciones, puede ser que esperemos ese momento con gran inquietud. ¿Me dolerá mucho? ¿Seré capaz de aguantar el dolor?. “Mi vecina dijo que a ella le dieron como cólicos fuertes de regla”, “Mi cuñada dice que es el dolor más fuerte que ha sentido en su vida”. El dolor del parto. Hay tantas formas de vivirlo como mujeres hay en el planeta.
El dolor es algo muy subjetivo, lo que para una persona puede resultar muy doloroso, para otra puede no serlo tanto. Además de que tenemos diferentes umbrales del dolor, también cada persona tiene una forma diferente de afrontar ese dolor, de vivirlo y experimentarlo. Sea como sea en tu caso, lo que sí es seguro es que si afrontamos el proceso con la mayor serenidad y seguridad posible, lo viviremos de una manera más positiva.
Hace poco leí que hay matronas que hablan de las contracciones como olas, en lugar de usar el término de contracción, porque parece que en general se asocia la palabra “contracción” con algo doloroso. Independientemente de cómo las llamemos, lo que está claro es que es un proceso que tiene su recompensa. Al final de ese tiempo más o menos doloroso y más o menos largo, tendremos en nuestros brazos a nuestro bebé y hará que todo haya valido la pena. No es un dolor gratuito, es la llamada que hace tu bebé para darle la bienvenida a una nueva vida.
Y por supuesto, además de todo lo dicho, recordar que disponemos de diversas alternativas para el alivio del dolor, siendo la más conocida la epidural. Pero esto da para un post aparte.